sábado, 14 de febrero de 2009

Algunas historias risueñas sobre mis antepasados

Charlando con Mati, fui hilvanando algunos recuerdos de cosas que contaba mi madre sobre su familia, anécdotas sueltas que más que un hecho traen a la mente un estilo de vida o un carácter.

Así, por ejemplo, recordé que mi abuelo materno, el Sr. Metzinger, tenía una hermana llamada Ana, que parece ser que era un personaje un tanto novelesco, una especie de oveja negra; aparentemente era bailarina de cabaret y tenía una hija (que decía mi mamá que era hermosísima) a la que estaba encauzando por ese mismo camino y posiblemente prostituyéndola también
(recordemos que Alemania estaba pasando su enorme crisis de entreguerras);
para sacarla de ese ambiente y poder darle una mano mi abuelo (a quien en la Argentina las cosas le estaban yendo bastante bien) la hizo venir; aunque
parece que mucho no se reformo la señora...

Esto me confirma que los Figueirido/Metzinger/Schadomsky somos el resultado de una melànge total de caracteres, estilos y modos de vida, desde el estilo desenfadado y divertido, poco afecto al trabajo y poco preocupado por las cuestiones económicas de la familia de mi abuelo Metzinger (estilo del que él evidentemente era la excepción), hasta el estilo austero, trabajador y ordenado de la familia de mi abuela Schadomsky, pasando por el estilo 'mix' de clase trabajadora argentinadescendientedeinmigrantes de la que provenía mi padre.

La familia de mi abuelo tenía raíces tradicionales en la ciudad de Köln (Colonia), al contrario de la de mi abuela, que provenía, como dije en otro post, de Europa oriental.

Respetaban prolijamente la tradición del carnaval de Colonia (famoso por siglos) y como buenos coloneses lo festejaban 'con tutti' (es decir, a full, jaja);
mi madre siempre contaba que mi abuela (perdon, bisabuela) cocinaba un montón en los días previos y los tres dias de carnaval no trabajaba en la casa; que todos (incluida ella) entraban y salian a cualquier hora, y comian lo que encontraban de todo lo que había preparado previamente; salían a las calles, a divertirse, al mejor estilo latino (no hay que olvidar, después de todo, que la ciudad de Colonia era, precisamente, un enclave romano).