sábado, 7 de junio de 2008

Esperar lo inesperado

De golpe me siento como se debió haber sentido Schneier cuando su colega de la NSA lo miró "como si hubiera recién llegado de Neptuno" (en este interesantísimo artículo en el que analiza algunos preconceptos sobre criptoanálisis). ¡Qué difícil es 'esperar lo inesperado', descubrir que la maldad no tiene límites! Y eso es lo que hay que hacer cuando a uno no le queda otra alternativa que trabajar en determinados ámbitos; no se trata de una situación de guerra, en la que uno sí espera los ataques, se trata del ataque insidioso y solapado de quienes parecen ser colegas y compañeros en el mismo barco... La realidad muestra que *también* hay que incorporar esa situación en el propio escenario.

Entornos que tienen mucho de interesante y creativo para ofrecer, pero que -quizás justamente por eso- son utilizados en maneras totalmente ajenas a su funcionamiento propio, buscando la forma de destruir en lugar de construir.

Siempre hay huecos, siempre hay debilidades que pueden ser aprovechadas por gente con intenciones no del todo claras para lograr objetivos que nada tienen que ver con el sistema. La pregunta que me surge es: ¿es posible prevenirlo? ¿es posible cerrar todos los huecos?

Realmente pareciera que no; la única forma que se me ocurre de no dejar huecos es no hacer nada, quedarse sentado en carácter de observador, en un punto neutro. Desde el momento mismo en que uno se mueve hacia un lado, descuida otro. Sólo un gran maestro puede repeler todos los ataques al mismo tiempo, y quizás hasta él mismo descubra nuevos huecos....

No hay comentarios: