martes, 2 de enero de 2007

pasaron las fiestas....

Y ya estamos en otro año, adentrándonos cada vez más en un siglo XXI que creíamos tan lejano hace tan solo poco tiempo.

Fueron unas fiestas tranquilas, enmarcadas por el mucho trabajo previo a la feria judicial y los exámenes y trabajos para terminar con los cursos (cisco y linux), o más bien para que los cursos terminaran conmigo. Sin embargo, me las arreglé para mantener y revivir algunas tradiciones familiares, hice budín de miel, galletitas de anís, galletitas de especies, galletas de miel; preparé un menú tradicional en la familia para estas fechas, en el que no faltó la ensalada 'rusa' (como la llamaba mi abuela) o 'Schadomsky' (como la llamo yo), esa ensalada con remolachas cortadas en daditos, pepinitos agridulces, manzanas, nueces, papas, zanahorias y, probablemente, cualquier cosa que uno tenga a mano y quiera agregarle. Hice un postre nuevo (para mí), consistente en un flan (de caja) al que le agregué queso crema durante la cocción de la leche, y algunas ciruelas desecadas cortadas en trozos - muy bueno.

Al revés que otros años, pasé la Nochebuena en casa, con mi familia y un matrimonio amigo, y la disfruté mucho; recordando esas nochebuenas en la casa de mi tía, un lugar que me marcó tan a fuego que, cada vez que busco mi hogar, busco sin darme cuenta algo que se le parezca.

Al otro día estuve sola, reencontrándome conmigo misma después de tanto trajín. Por primera vez en años -- quizas tantos como estoy en Bariloche --, me puse a escuchar discos de vinilo de mi coleccion, discos que amaba muchisimo porque representaron momentos especiales de mi vida - o una de mis otras vidas, se podría decir; armé la bandeja giradiscos -- que antigüedad..! -- puse los parlantes tan antiguos como ella, un disco de Bach..., y ahí estaba, lagrimeando por la intensidad de la emoción de viajar tantos años al pasado....

Leo unas líneas que escribí en ese momento, mientras escuchaba el Oratorio de Pascua, donde hablaba de mi búsqueda de las raíces durante tantos años, y veo que Matías reproduce esa misma búsqueda; este Fin de Año lo pasó con una prima lejana mía que sólo conozco de nombre, muy cálida, sin embargo, otro año fue a conocer a su hermana, en otro extremo del mundo, el año pasado viajó a la otra punta para conocer a su padre, pareciera que está haciendo su propio peregrinaje interno, a la manera de los sabios antiguos.

No es mucho más lo que hay para contar; este Fin de Año fue muy intenso en ese reencuentro conmigo misma. Como parte de mi constante búsqueda, hice lo que hago siempre que no sé qué modificar: cambié muebles de lugar; trasladé el televisor, trasladé un teclado Casio con un excelente sonido al lugar preponderante que ocupaba el televisor, saqué de circulación una computadora que bloqueaba el paso... en fin pequeños cambios que no sé cuanto durarán pero que hicieron de mi entrada en este año algo grandioso.Y para dar el toque final a esta entrada triunfal, me dieron la noticia que aprobé cisco y recibí el saludo de un amigo que me llega al alma, aunque sólo lo conozca por cartas virtuales. ¿Qué más se puede pedir?

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